Una de las preocupaciones de las mujeres actualmente proviene de la zona de los ojos, y son las patas de gallo. Estas pequeñas arruguitas comienzan a ser visibles a partir de los treinta años, producidas al gesticular y reír por nuestros gestos de expresión.
El músculo se encuentra justo debajo de nuestra piel, y es por ese motivo por el cual la piel se va arrugando y con el paso del tiempo se van marcando en nuestro rostro en forma de cicatriz.
Tenemos una solución rápida, efectiva, preventiva y duradera: el botox.
El tratamiento que da solución a este problema se realiza con toxina botulínica tipo A, conocida popularmente como Botox. El botox nos ayuda a relajar los músculos en las zonas de las patas de gallo, frente y entrecejo. Mediante una técnica muy sencilla que no necesita preparación previa, se realizan una serie de pinchazos en la zona a tratar (que no suelen dejar marcas).
Los resultados se observan a partir de los 7-10 días después de la infiltración y pueden durar entre 6-8 meses, dependiendo de las características de cada paciente.
Actualmente es el mejor tratamiento antiarrugas para el contorno de ojos que existe en el mercado, ya que las arrugas desaparecen y lo más importante evitamos y prevenimos que estas arrugas se hagan más profundas.
Hay muchos mitos alrededor de la toxina botulínica, pero es un tratamiento seguro, siempre y cuando los realicen médicos especializados y queda natural realizando la técnica adecuada y aplicándolo en la zona correspondiente. Simplemente notarán los pacientes un mejor aspecto y una mirada más amplia y descansada.
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