Los filtros solares y los cosméticos protectores deben considerarse artículos de primera necesidad, ya que nos exponemos diariamente a los rayos solares mediante actividades cuotidianas (deportes al aire libre, vacaciones en playa o montaña…). El bronceado, además de ser un símbolo de belleza y buena salud en la actualidad, también es un icono de moda. Sin importar la temporada del año, los rayos uv pueden llegar a causarnos un daño irreparable para nuestra piel.
¿Cómo actúa la piel para protegerse?
El organismo se defiende de los rayos ultravioleta mediante el proceso de hiperqueratinización. Es el proceso en el que la piel se engruesa por la secreción de sudor (ácido úrico) y por la producción de melanina. Sin embargo, después de la rotura de la capa de ozono esta protección no es suficiente. Los rayos que atraviesan la atmósfera sin un filtro pueden llegar a causarnos quemaduras, además de dañar la piel a largo y medio plazo, indistintamente de la estación del año en que nos encontremos. Uno de los efectos secundarios de este proceso es el envejecimiento prematuro o incluso el cáncer de piel.
Es conveniente que todos los cosméticos de uso diario tengan un filtro de alta protección solar, para poder evitar daños a nivel cutáneo. Debemos tener en cuenta una serie de factores a la hora de comprar un protector solar:
El protector solar deberá tener como mínimo una protección de 30. Menos de este no será adecuado y lo más probable es que se causen quemaduras. Por otro lado, existen los llamadas “pantalla total”, esto no significa que con un 50 o 100 de protección que nos ofrecen no podamos llegar a quemarnos, de hecho siempre hay una cantidad mínima de sol que se va acumulando.