El bruxismo es una patología que se conoce comúnmente como apretar los dientes de manera involuntaria durante el día o la noche.
El 30% de la población padece de bruxismo y esto conlleva complicaciones y efectos secundarios bastante molestos como dolor de cabeza, dolor en los músculos de la mandíbula, dolores de cuello incluso de oído.
La toxina botulínica se aplica en los maseteros, de este modo los músculos disminuyen notablemente su contracción muscular y se alivia en un 100% el bruxismo durante 4 meses aproximadamente.
La duración del tratamiento dependerá de la metabolización del botox en nuestro organismo, es decir, el cuerpo tarda unos 4-6 meses en eliminar la toxina y volver a la normalidad la función muscular. Por eso es recomendable realizarlo dos veces al año.
Después de cada aplicación de toxina botulínica se va haciendo más débil, al tiempo de desaparecer el efecto, el músculo se volverá a contraer pero nunca como lo hacía previo a la aplicación del botox.
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